Por un lado el psicólogo tiene que detectar y tratar los conflictos internos que tiene la paciente alrededor de la esfera sexual y/o que afecte a su sexualidad, por otro y en colaboración, el fisioterapeuta trabajará la parte propioceptiva corporal, equilibrará el Sistema Vegetativo (Simpático – Parasimpático, que son los que controlan los músculos lisos del cuerpo junto con el Sistema Autónomo) y la Musculatura del Suelo Pélvico que esté contracturada. El trabajo combinado en estos casos es muy efectivo.
La dispareunia, a diferencia del vaginismo, aparece tras periodos de relaciones sexuales sin problemas y tiene causa inicial física, que si no es tratada, genera cambios conductuales a nivel muscular (ante el dolor o molestia constante el paciente aumenta el tono muscular del suelo pélvico sin darse cuenta y lo acaba contracturando) y psicológicos ( tiene miedo a que con las relaciones sexuales se le vuelva a producir el dolor, a tener otra vez infecciones de orina, a que se le reproduzca el dolor en la próstata…)
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