Son úlceras situadas en la parte final del canal anal, de aparición frecuente y que ocasiona grandes molestias en forma de dolor intenso pese a su pequeño tamaño.
¿Cómo se producen?
Se originan debido al estreñimiento crónico, que provoca que al paso de heces muy endurecidas, éstas arrastran la mucosa rectal produciendo pequeños traumatismos que pueden influir en la aparición de la fisura.
El dolor producido desencadena una contracción refleja de la musculatura anal, lo cual impide una correcta cicatrización de la úlcera y perpetuación de la patología.
¿Cómo se pueden solucionar?
Con tratamiento fisioterápico dirigido a eliminar esta hipertonía o contractura muscular, mediante la diatermia de alta frecuencia, la reeducación de las maniobras de evacuación, los estiramientos de la musculatura afectada.
Todo ello complementando el tratamiento con los fármacos que paute el especialista hasta conseguir la normalización de la zona, es decir la cicatrización de la fisura, la relajación del anillo muscular y la realización de una correcta maniobra evacuatoria.