Para quitarse unas hemorroides ya no es necesario operarse ni soportar una tortura en la convalecencia. Los nuevos métodos de tratamiento consiguen resultados brillantes.
Este gran avance se debe a un gran cambio de estrategia: Si las eliminamos poco a poco, en vez de todas de un golpe, se pueden quitar sin cirugía, sin anestesia y sin tener que guardar reposo ni sufrir complicaciones. Haciéndolo así, el tratamiento se puede ir aplicando en la consulta a lo largo de las sesiones que sean necesarias, sin que haya que ingresar en hospitales.
Los métodos que han demostrado ser eficaces para quitarlas “poco a poco” son los conocidos como Banda Elástica, Esclerosis y Electro-fulguración. Administrándolos correctamente, se consigue un control completo, incluso en casos bastante avanzados. El tratamiento ha de ser prolongado con un periodo suficientemente largo de revisiones, hasta estar seguros de que la respuesta será permanente.
El dolor de la fisura puede ser controlado desde la primera sesión de tratamiento en la consulta con el método de infiltración con agentes neuromoduladores. Como el Lauromacrogol, que provoca una atenuación de la inervación amielínica del ano, y que es lo que nosotros utilizamos en nuestros tratamientos por su gran eficacia, su efecto permanente y porque es inocuo para la salud.
El resultado es espectacular, pues se consigue resolver de forma inmediata el infierno del dolor anal crónico desde la primera sesión de tratamiento en la consulta. Para que el efecto sea completo y permanente, debe repetirse entre 3 a 5 ocasiones a lo largo de 3 meses, siempre de forma ambulatoria y sin que sea necesario interrumpir la actividad normal.
La eficacia de este tratamiento es similar a la de la cirugía, pero sin sus inconvenientes y sin el riesgo de provocar incontinencia.
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