Bolas Chinas: Historias y Realidades
Hay muchas historias sobre el origen de las bolas chinas, la más probable proviene del antiguo Japón feudal. La leyenda cuenta que fueron creadas debido al irrefrenable deseo sexual de un importante emperador. Tenía tantas concubinas, que sus consejeros diseñaron unas bolas de marfil, que se introducían en la vagina para prepararlas para el acto sexual sin necesidad de que el emperador tuviera que entretenerse en los preámbulos sexuales. También se relacionan las bolas a las Geishas. Ellas las usaban para fortalecer su suelo pélvico y como juego erótico.
Se le atribuye a las bolas chinas la capacidad de mejorar excitabilidad por el choque vibratorio que hacen entre ellas dentro de nuestra vagina cuando se utilizan en movimiento.
Es cierto que el uso de dos bolas produce una vibración interna que aumenta la circulación local mejorando la lubricación y además mejora el tono muscular del suelo pélvico que ayuda mucho a que las relaciones de pareja sean más satisfactorias, pero cuando se refieren a la excitabilidad que provoca por si mismas su uso, se lo debemos atribuir sobretodo al aspecto psicológico de condicionamiento positivo.
En las mismas condiciones, una paciente que esta usando sus bolas en el supermercado y pensando en la lista de la compra no va a notar lo mismo que otra que esta pendiente y condicionada positivamente a sentir placer con ellas. El otro beneficio conocido de las bolas chinas es el aumento del tono muscular del suelo pélvico y para eso no hace falta usar dos bolas.
Hay dos corrientes diferentes de formas de explicar este fenómeno:
-Bola china que se usa como pesa. La paciente tiene que estar con una cierta contracción durante el tiempo que la usa. Según va mejorando la capacidad de aguantarla, se va comprando otra con mayor peso…
-Bola china que aumenta el tono de la musculatura lisa vaginal con la vibración que ésta provoca en sus paredes. El estímulo de un músculo liso aumenta el tono de la musculatura estriada que hace parte de su misma estructura. De ahí que ante el aumento de tono de las paredes lisas de la vagina provocado por la vibración de la bola, también se vea beneficiado el suelo pélvico con un aumento de su tono.
Sea cual sea la teoría a la que nos acojamos, no debemos usar o recetar el uso de bolas chinas para un fortalecimiento muscular sin estar totalmente seguros que es lo que la paciente necesita.
Hay que tener en cuenta que la musculatura pélvica se evalúa comparando un lado con el otro (izquierdo y derecho) y además se debería tener en cuenta la situación de todos aquellos músculos de la esfera ano-rectal, que son suelo pélvico. Si una paciente tiene debilidad y una asimetría muscular( un lado más débil que el otro) el uso de bolas sólo estaría recomendado tras corregir esa asimetría y estar seguros que la paciente va a ser capaz de retenerlas dentro. ¿Pero si tiene una debilidad a nivel vaginal pero es estreñida por una hipertonía del esfínter estriado y liso del ano? No se mandan las bolas chinas hasta no corregir la esfera ano-rectal. Como estos dos ejemplos, hay muchos otros más que hacen que la bola china sólo se deba usar una vez reequilibrado los músculos del suelo pélvico y todas las funciones reflejas que en ellos existe.